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domingo, 8 de noviembre de 2015

La masonería alemana entre 1760 y 1810


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Federico II, por Antoine Pesne.

La historia de la masonería alemana entre 1760 y 1810, fecha de la publicación de “Los tres documentos más antiguos de Krause” puede dividirse en tres períodos.
El primero, que abarca desde 1760 hasta 1782, está caracterizado por el dominio de los grados superiores, de procedencia francesa, sobre los grados simbólicos, así como por una situación generalizada de caos y de divisiones internas.
Entre 1760 y 1782 dominaron la escena masónica en Alemania fundamentalmente tres Sistemas: el de la llamada Estricta Observancia, propagada sobre todo por Karl Gotthelf von Hund; el Sistema Clerical, fundado por Joh. Aug. Stark; y el Sistema Sueco, introducido en Alemania por Joh. Wilh. Kellner Zinnendorf y conocido también allí como “Sistema de Zinenndorf”. Los tres Sistemas eran en realidad derivaciones del Sistema Templario constituido formalmente en Francia hacia el año 1742 que a su vez derivó de la introducción de los llamados grados escoceses. A estos tres sistemas se unían además entre- cruzamientos no siempre controlados con sociedades secretas no masónicas, como los Rosacruces alemanes, los Iluminatis o los Hermanos Asiáticos.
En líneas generales, la separación casi total de la masonería alemana de aquella época de la masonería inglesa, constituía la otra cara de la moneda del intento de transformación de la Hermandad en la línea de una reedición de la Orden de los Templarios. Las “Constituciones Antiguas”, a las que Anderson se había referido de una manera tan explícita en su libro de las Constituciones, y que ya habían sido impresas en Inglaterra el año 1725, habían permanecido en Alemania totalmente ignoradas. Desde la llegada de la Estricta Observancia (1763), las constituciones de Anderson en sus ediciones de 1723 y 1738 (que en 1741 habían sido traducidas al alemán) y que, hasta entonces, habían sido más o menos altamente estimadas por las logias alemanas y, en la medida de lo posible, seguidas con precisión, fueron paulatinamente arrinconadas.
El segundo periodo, desde 1782-1783 hasta el cambio de siglo, destaca por el surgimiento de movimientos reformistas unos más locales, otros más regionales, orientados a sacar a la Masonería del caos en el que se hallaba sumida, volviendo los ojos hacia la pureza de la masonería inglesa simbólica. Esta segunda etapa de nuestra división de la historia de la masonería alemana se inicia en el año 1782 con la convocación del Convento de Wilhelmsbad. Este Convento fue convocado por el Duque Ferdinand von Braunschweig. Su objetivo era doble. Se trataba de intentar reunificar a la dividida masonería alemana. Y para ello se proponía estudiar y dar una respuesta a la pregunta acerca de «si la opinión dominante en la Estricta Observancia, de que la Masonería era una continuación de la Orden de los Templarios, estaba basada en la verdad y podía ser demostrada históricamente. El Convento no consiguió el objetivo de la reunificación. Pero la Estricta Observancia recibió un golpe de muerte por cuanto la pregunta planteada fue resuelta de una manera más bien negativa y, como consecuencia, se abandonó la idea de una Masonería continuadora de la Orden templaria.
El Convento de Wilhelmsbad abrió así la puerta al surgimiento de movimientos reformadores. Al año siguiente, en 1783, nació en Frankfurt am Main el primer fruto reformista: la Alianza Ecléctica. La finalidad de esta Alianza consistía en «vivificar nuevamente a la Masonería, y en liberarla de todo lo que oliese a “Sistemas” así como de los grados superiores. O dicho de una manera constructiva: su finalidad era la de “restituir el arte real de la antigua Masonería”. Sin embargo, como ya indicamos antes, estos intentos tuvieron resultados muy pobres.
Finalmente, el tercer periodo, desde el cambio de siglo hasta 1810, está marcado por el nacimiento de fuertes corrientes reformistas con la misma finalidad que sus predecesores inmediatos, pero con el apoyo de una auténtica investigación histórica critica sobre los orígenes de la Hermandad y sobre su verdadera naturaleza. Krause va a constituir la coronación de este tercer período, la cresta de la ola.
Precisamente esta conjunción de buena voluntad y de conocimiento crítico de la historia de la Hermandad Masónica, y de la naturaleza de la Masonería, fue la que se dio cita en la actividad reformadora de un reducido número de masones, actividad que alcanzó un punto culminante alrededor del nacimiento del nuevo siglo XIX:. Johann August Schneider en Altenburg, Friedrich Ludwig Schroder en Hamburg, Ignaz Aurelius Fessler en Berlín y Friedrich Mossdorf en Dresden son los cuatro grandes nombres que inician el tercer período mediante la investigación histórica. Por caminos independientes, los cuatro llegaron a un resultado común: el de que la masonería no surgió de ninguna Orden de Caballeros, sino de los gremios medievales de constructores.
La supresión de los grados superiores y la reconducción de los Rituales de los tres grados simbólicos hacia la antigua tradición masónica inglesa, fueron objetivos comunes de Schneider, Mossdorf, Schroder y Fessler. A estos dos objetivos se añadió el del fomento de la investigación crítica de la historia de la masonería, así como el de la exigencia, más o menos radicalizada, de la publicación de sus resultados en libros o folletos dedicados a la instrucción de los Hermanos. Los logros prácticos de estas cuatro grandes figuras de la masonería alemana encontraron una interesante condensación entre los años 1800 y 1805. El influjo práctico de estos hombres estuvo posibilitado, junto a su saber teórico-crítico, por el hecho de que todos ellos ocupaban en esos momentos importantes cargos y/o gozaban desde tiempo atrás de un reconocido prestigio dentro de la Hermandad alemana. Mossdorf, iniciado en 1777, había desempeñado el cargo de Secretario de la logia independiente de Las tres espadas de Dresden, desde el año 1789. Schneider fue nombrado en 1801 Venerable Diputado de la logia independiente Arquímedes de los tres tableros de Altenburg, una de las logias con más prestigio en Alemania. Fessler había sido nombrado en 1798 Diputado Gran Maestre de la Gran Logia Royal York de la Amistad de Berlín, que se había constituido como Gran Logia precisamente gracias a sus esfuerzos. Schroder, finalmente, había sido nombrado en 1799 Diputado Gran Maestre de la Logia Provincial de Niedersachsen y Bremen en Hamburgo.
Los resultados prácticos mas relevantes del esfuerzo reformador de estos hombres consistió en la introducción oficial en todos los grupos de logias sujetos a las Gran Logia Royal York de Berlín, de «los Rituales (de los tres grados simbólicos) rectificados por Fessler de acuerdo a la tradición masónica antigua y original. Un mes más tarde, el 29 de enero de 1801, la Gran Logia Provincial de Schroder aceptaba oficialmente el ritual de iniciación ingles antiguo, traducido y moldeado por el mismo Schroder. El 24 de junio de 1803 la logia de Altenburg sancionaba su nuevo libro de Constituciones, que había sido remodelado fundamentalmente por Schneider conforme al nuevo espíritu reformista. En agosto y septiembre de 1801 se constituyó la Gran Asociación de Masones formada por las tres Grandes Logias reconocidas por Inglaterra (las dos Logias Provinciales de Hamburg y Hannover y la Gran Logia Royal York de Berlin), asociación que fue gestada por el esfuerzo conjunto de Schroder y Fessler, y cuyo documento constitucional había sido confeccionado por Fessler en la misma línea reformista.
En 1802 Schroder fundó en Hamburg el Historischen Engbund (la Alianza histórica selecta), y Fessler, en Berlín, la Gran Alianza de masones científicos. Ambas Alianzas tenían como finalidad la investigación crítica de la historia de la Hermandad, y ambas encontraron un compromiso entre la abolición total de los grados superiores (inviable por el momento) y su continuación, creando los llamados “niveles de conocimiento”.
De esta manera, cuando Krause se inicia en Altenburg de la mano de Schneider, el 4 de abril de 1805, y luego se afilia a la logia de Las tres espadas de Dresden el 31 de octubre de ese mismo año, encontrándose allí con Mossdorf, va a serle entonces muy fácil situarse de lleno dentro de la corriente reformista más avanzada de la masonería alemana de aquel tiempo.

Extractado de: Enrique Ureña, “Los tres documentos más antiguos de la Hermandad Masónica de Krause” (Universidad de Comillas), en J. A. Ferrer Benimeli (coord.), Masonería, Política y Sociedad. Actas del III Symposium de Metodología aplicada a la Historia de la Masonería Española, Zaragoza, 1989, Vol. I, pp. 419-428.


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