Proverbio egipcio

“El reino de los cielos está dentro de ti; aquel que logre conocerse a sí mismo, lo encontrará” Proverbio egipcio

sábado, 12 de noviembre de 2016

Cómo le cuento a mi hijo sobre la masonería

 
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Cómodamente estoy sentado en la sala de mi apartamento sobre mi sofá leyendo la prensa del día, y mi hijo mayor, a mi lado, acariciando desprevenidamente el gato que descansa sobre sus rodillas y mirando un programa de televisión que más bien poco le interesa, en un ambiente de domingo de primavera  por la tarde casi a la hora del café.
Sin levantar los ojos me pregunta de manera distraída, como si estuviese pensando en otra cosa.
Papá, ¿Que es la Masonería?
Un poco intrigado, espero algunos segundos antes de contestar:
¿Por qué me lo preguntas?, - le contesté con una pregunta.
Sin quitar los ojos de la pantalla de televisión, me dijo:
No sé, será los compañeros de la escuela..!
¿Los compañeros de la escuela?, - imputé un poco intrigado.
Si el maestro nos dijo algo, y entonces hablamos durante el recreo.
¿Que dijeron?, - le seguí interrogando aún mas intrigado.
No comprendí mucho - me contestó - algunos decían que era una secta, y otros que era una sociedad secreta dedicada a conseguir negocios para sus miembros.
Pero tú sabes bien que soy Masón, le dije.
Sí claro, se los dije a mis amiguitos, y les dije que no era verdad, que tú no hacías negocios con mis tíos de la Logia, pero sobre las sectas no supe bien que contestar. Papá, ¿Es verdad que es una secta?
No hijo mío – le contesté de inmediato, y continué – pero, dime algo,  para ti, que es una secta..?
Una sociedad en donde las personas son prisioneras, hacen cosas malas y donde se suicidan con sus hijos.
La respuesta me sorprendió y me intrigó mucho más, y le pregunté - ¿Que me estas contando? ¿Quién te dijo eso?
Lo leí en internet – me contestó sin inmutarse.
Tomando un poco de aire le dije: La Masonería no es nada de eso, pero yo te debo decir que no soy prisionero de nada, que me puedo ir de la Masonería en el momento que quiera, y que además, nunca he tenido la intención de suicidarme, ni de hacerlo con toda la familia, pues los quiero demasiado. Si quieres, otro día, te explico con más detalle lo que es una secta, pero por el momento prefiero hablarte de la Masonería, para que comprendas mejor de qué se trata. Y si vamos a hablar, preferiría que me oyeras y me prestarás atención en lugar de mirar la televisión.
Mi hijo, un poco más tranquilo que yo mismo, me contestó: Pero si  te estoy oyendo papá. Quiero que me lo cuentes todo.
Dejé el periódico a un lado y me acomodé en mi sofá para hablarle, pero aún así, noté que no le quitaba los ojos a la televisión, comprendí que tal vez era una forma de pudor. Por un lado estaba muy interesado, y por el otro sabía que se trata de un tema serio y que me importaba, y le daba un poco de miedo enfrentar la situación. La seguridad de su mocedad algunas veces choca con misterios y cosas que le molestan más de lo que quisiera. Esto me explica su aire un poco desapegado, y un poco fanfarrón a veces. Sentí que era su manera de enfrentar los problemas. Pero en esta oportunidad, el tema merecía una especial atención, y así se lo hice saber.
Bajo el pretexto de perseguir un pájaro que pasó por la ventana, el gato se va y nos deja solos. Entonces decidí respetar la actitud relajada de Julián que para sus 12 años me parecía mayor. Volví a tomar un poco de aire y comencé diciéndole:
Para comenzar debes saber que la Masonería es un compromiso que toman los hombres consigo mismo y es para siempre.
Como aquellos que se casan? - inmediatamente me interrumpió.
Si y no, cuando uno se casa, el compromiso es mutuo, y reciproco con la pareja, en la Masonería es un compromiso solitario, pero frente a muchos testigos.
No comprendo – me dijo, y ahí voltio su cara y me miró de frente, y comenzó en serio la conversación.
Uno se compromete frente a si mismo, pero los otros hacen de testigos.
¿Uno se compromete a que cosa?
A convertirse en un Masón.
Al no comprender lo que le dije, mi hijo hizo una especie de mueca con las cejas, abrió los ojos bien grandes y redondos, y se mordió los labios. Es lo que yo llamo puso una cara de búho.
Creo que vale la pena que vuelva a comenzar desde el principio – le dije - de manera más clara y más ordenada, de lo contrario corro el riesgo de que no me comprendas.
Cuando naciste, no lo recuerdas, pero no solamente eras débil y frágil, sino que no sabías nada de la vida, eras solamente un pequeño animalito. No sabías hablar, no sabías ni leer ni escribir. Después, con los meses y con los años que pasaban creciste por obra de la naturaleza, y te desarrollaste hasta convertirte en el niño que eres hoy. Pero si tus padres no te hubiesen enseñado, no sabrías hablar ni hubieses ido a la escuela, y no sabrías ni leer ni escribir. En una palabra, si no te hubiesen formado y educado te hubieses quedado como un pequeño animalito del monte. Sin embargo, lo que te has convertido lo llevabas desde tu nacimiento; solamente se necesitaba dejarlo florecer.
Comprendo – me dijo - pero los Masones son grandes, son papás. Ya saben escribir y todo lo demás, y entonces, ¿qué necesitan aprender?
Muchas otras cosas, te voy a explicar.
Lo que has aprendido de tu mama y de mí, y lo que los maestros te han enseñado en la escuela, es conocimiento, lo que a la larga te servirá para vivir tu vida, tener un trabajo y educar a tu vez a tus propios hijos. Pero existe otra cosa que no puedes aprender sino que debes descubrir.
En donde?
En ti mismo. En tú interior. Dentro de ti mismo.
No te comprendo.
No es muy fácil, pero solamente a partir de ahí podrás tener una idea de lo que es la Masonería. Nosotros los Masones aprendemos, que todos los humanos llevan en si mismos una parte invisible que es algo como su doble. La parte que mueve todo el cuerpo, la parte material. Esta parte invisible la llamamos Espíritu, es la que nos hace diferente de los animales.
Es la inteligencia – me dijo emocionado, como el va entendiendo.
De alguna manera puede ser, pero es mucho más que eso. Te voy a dar un ejemplo, hay cosas que sabes o adivinas sin haberlas aprendido.
¿Por ejemplo que cosas?
Cuando estas contento o cuando no lo estas, los sentimientos hacia tu mamá y hacia mí, hacia tus compañeros o hacia tus maestros. Todas esas cosas que sientes fuertemente, son fuerzas internas que nadie te las enseñó. Tú las sabes por ti mismo.
Si es verdad, algunas veces tengo miedo durante el día sin saber porqué. O, a veces me siento alegre y tampoco sé porqué.
Existe entonces una parte dentro de ti mismo, bastante real, pero que te cuesta trabajo definir y representar. Pues bien, es lo mismo para el espíritu, uno podría decir que todo lo que hace parte del mundo bien real, pero que no se puede comprender y que solamente pertenece a ti.
Noté que mi hijo se iba interesando en el tema y escuchaba con mucha atención con la frente un poco arrugada, con los ojos brillantes de todo el esfuerzo que estaba haciendo para entender, y continué:
Esta parte de espíritu que tienes, hace que puedas decidir por ti mismo, y tener conciencia de tus sentimientos. Ella es la que hace una diferencia en tu comportamiento al de tú gato. El es un animal que obedece a su instinto, tú eres un ser humano que obedece a su instinto, también, pero antes a tú pensamiento. Un pensar que te permite analizar y escoger entre muchos comportamientos posibles.
Sonrío y con un poco de malicia, me dijo:
Es como cuando prefiero ir a jugar fútbol en lugar de ir a la escuela.
Es un poco eso, creo que ya comprendiste, pero te aconsejo de evitar el tema del fútbol, yo me podría enojar. Entiendes lo que te quiero decir.
Arrugó un poco la nariz sin hacerse el muy travieso a causa de su imprudencia reciente. Y yo continúe:
Entonces, tú tienes una especie de autonomía de decisión, pero esta decisión, para tomarla, necesitas obedecer algunas reglas, como en el fútbol, hay faltas que no puedes hacer. De lo contrario, el árbitro te castiga.
¿Cuál árbitro?
El árbitro de tu vida eres tú mismo, es tú conciencia. Ella es la que te dicta las reglas y los principios que debes respetar. No hay un árbitro más severo que ese que llevas dentro de ti.
¿Entonces, mi conciencia es como mi pensamiento?
El pensamiento es lo mental, el funcionamiento de tu cerebro; la conciencia, si pertenece al dominio de lo mental, es mucho más que esto pues te dice lo que haces bien o mal; ella es una especie de juez, y a la vez un instrumento de medida.
Ahí, noté que se quedó un poco perdido. Esa filosofía no la entendió tan fácilmente. Retomó su cara de búho, me dio miedo que no comprendiera y perdiera su atención. Ensayé entonces de explicarlo de otra manera.
El habla primero:
Si comprendo, pero no estoy seguro, yo soy el que debo juzgar, pero ¿cómo puedo saber lo que debo hacer? ¿Cómo puedo aprender?
Justamente, el trabajo de cada ser humano es descubrir e integrar los valores que le permitirán construir su conciencia. Lo aprenderás a todo lo largo de tu vida porque te puedes ir perfeccionando a medida que creces y aprendes. En el dominio del espíritu, como en el de la escuela, eres capaz de progresar de a poco.
¿Qué tipo de progreso puedo tener?
A tu edad, una infinidad de cosas son posibles, tú lo sabes, tu vida apenas está comenzando a abrirse. En función de tú trabajo y tú interés puedes aprender el inglés, el chino y el italiano. Si trabajas un poco de esfuerzo en la escuela, el liceo y en la universidad, hasta puedes aprender a pilotear un avión y muchas otras cosas más.
¿Una nave espacial?
Si, ¿por qué no? Hasta un piloto de carreras, o un gran cirujano. Entonces, como puedes ver, los humanos tienen una parte inestimable que hace que se puedan perfeccionar. Es a partir de esta idea según la cual se dice que una persona puede progresar, que podemos decir que también puede progresar en el marco del espíritu. Puede progresar en sus niveles de conciencia y en ser interior.
Pero yo crezco todos los años sin darme cuenta, y mi hermano menor también. No necesitamos trabajar para eso, basta con esperar.
Eso es verdad para todos los animales, pero tú y tú hermanito son más que unos animales, tienen un espíritu, una conciencia, pero tú conciencia, si existe en el momento de nacer, solamente existe como una pequeña semilla, si no la puedes hacer germinar, si no la siembras se quedará intacta hasta morir.
Ya voy entendiendo, ahora ¿Eso es lo que haces en la Masonería? Aprender y progresar.
Si, aprendo y voy progresando en construir una conciencia, de convertirme en un ser humano mejor y más humano.
¿Por qué? ¿Acaso no todos los seres humanos son humanos?
En el marco del espíritu, no. Cada quién tiene una formación distinta.
Ummm, entiendo…!
Para ser humano no basta con comer, beber, casarse, tener niños. Esto lo hacen mal que bien todas las personas. No basta con ser grande y fuerte, con manejar un buen carro y jugar un poco de fútbol. Para ser un mejor ser humano uno tiene que saber que tipo de ser humano quiere ser, porqué uno quiere ser así y como puede uno lograrlo.
Yo lo sé, yo quiero ser el mejor médico del mundo.
Eso está muy bien, pero para ser el mejor médico del mundo no basta con estudiar y aprender medicina, también hay que creer en un ideal y prepararse para ser cada día mejor.
Bueno, yo quiero ser el mejor para sanar a las personas pobres del mundo y las de África también…!
Eso está muy bien, eso es generosidad, pero ¿De dónde viene esta generosidad? De tú corazón, sin duda, pero no del corazón que tienes dentro del pecho, es un sentimiento que proviene de tu espíritu, de tu parte espiritual. Esta parte es el lugar en donde residen todos los sentimientos bellos y nobles que sientes. Esta parte representa el hombre realizado, un hombre evolucionado y de acuerdo consigo mismo.
¿Qué es un ser humano realizado?
Es un hombre que ha logrado hacer florecer su parte espiritual de tal manera que venga a completar y dirigir su parte material.
Eso no debe ser fácil
No, no es fácil, hay que trabajar mucho
¿Cómo?
Ensayando, practicando de manera acorde al modelo que has escogido. Si quieres ser un buen jugador de fútbol, por ejemplo, significa parecerse a Zidane, a Messi, a Ronaldo… tu modelo de mejor jugador. Para poder progresar en la vida espiritual también necesitas un modelo.
¿Tú tienes un modelo?
Claro que sí, cuando tenía tu edad, hace mucho tiempo, mi modelo era Pelé y Maradona. Hoy en día he crecido y sería mas bien el de un hombre libre capaz de escoger y respetar sus opiniones y las de los demás, un hombre que tenga sentido de los valores, un hombre capaz de transmitir sus valores con su ejemplo, un hombre más espiritual.
¿El Papa Francisco?
Si, por ejemplo, alguien cuyos actos están de acuerdo con sus palabras.
Si comprendí bien, entonces por eso quieres ser un Masón…!
Por supuesto. Así son los Masones, aunque el Papa Francisco no es Masón, pero es un buen hombre de Fe. Un hombre que predica con el ejemplo.
De vez en cuando yo me pongo orgulloso, y al mismo tiempo me sorprendo de los atajos que puedo encontrar para contenerme. Mis Hermanos me ayudan a darme cuenta de mis defectos y en ellos veo muchos ejemplos también a seguir. El maestro de la Logia por ejemplo, es otro que también tomo como modelo.
Dime, papá, me puedo tomar un refresco?
Sí, pero después que terminemos de hablar.
Julián siempre es así, al final de un lapso de atención, tiene la necesidad de moverse, de quebrar la tensión de su mente. Todavía está demasiado joven para permanecer concentrado durante mucho tiempo.
Caminó un poco por la cocina, fue a la nevera, sacó una lata de refresco y antes de volver a sentarse sobre la otra silla, frente al sofá. El gato, avisado por el ruido de la nevera al abrirse, vuelve a entrar y se sentó sobre sus piernas.
Perdóname papá – dice volviendo a la atención - puedes continuar, te estoy escuchando.
Dijo esto de manera un poco ceremoniosa, como haciendo de payaso. Le contesté con el mismo tono.
Gracias, como eres de amable. Tomas tú solo o me das un poco..?
No, me contesta – con un poco de humor sarcástico – te vas a desconcentrar en lo que me estás contando. Continua con tú explicación, por favor – finaliza, subiendo su ceja derecha y cruzando las piernas.
Sigo hablando, entonces. Como tú digas…!
Sí, me gusta ser Masón y quiero seguir siendo Masón, como tú dices, ese es mi ideal.
Lo sé – me dice un poco serio - lo he escuchado y me percaté muchas veces cuando te he oído hablar con mis tíos de la Logia cuando vienen a la casa. Pero, ¿Qué hacen ustedes en las reuniones de las que hablan?
Hablamos, pensamos, intercambiamos ideas, buscamos juntos los instrumentos que cada uno de nosotros puede utilizar para progresar individualmente. Porque tienes que saber que esta parte del espíritu de la que te hablé, si existe en cada ser humano, no existe sino como un embrión, un poco como si estuviese asfixiada. Hay que descubrirla, hacerla crecer y cuidarla diariamente, para que no se muera. Nuestras reuniones nos ayudan y nos permiten completar ese trabajo que se hace en nosotros mismos. Es como una semilla oculta que hay que descubrirla, sacarla y regarla en cada reunión para que germine y de frutos.
Ya comprendí un poco lo que es el progreso espiritual del que me estás hablando, pero ¿Porqué hacen eso? ¿Por qué tienen que ir a las reuniones si me dices que el trabajo es personal?
Si, es verdad que el trabajo es personal, pero igual tengo necesidad de los otros, y la Masonería me propone un método de trabajo y de estudio, y sobre todo un ideal, que me van muy bien.
El método me invita a recorrer 33 etapas, a lo largo de las cuales voy a ir descubriendo mi parte espiritual, y después comenzar a construirme como un ser espiritual. Esos son los grados de los que seguro has oído hablar.
Es como en el colegio, cambias de clase, o de grado…?
Parecido, pero no es igual, en el colegio tus maestros te enseñan una clase y tú aprendes en cada grado; en la Logia yo los descubro a medida que voy avanzando. A lo largo de los diferentes grados solamente estoy yo para estudiar, tanto como ser humano que como ser espiritual. Cada grado no es sino un punto de vista, un alumbramiento distinto, en el que mis maestros me preguntan, ¿crees que ya comprendiste? Y si te cambio de lugar y te cambio el ángulo de visión, ves acaso siempre la misma cosa?
No, aunque se trata del mismo objeto. De esta manera lo voy aprendiendo y lo veo poco a poco, cambiando la forma de mirar, lo veo en su totalidad, objetivamente. Voy aprendiendo a mi propio ritmo y a mi propio entender, sin presión y sin tiempo definido de estudio. Los tiempos y los márgenes los pongo yo mismo.
Después de esta explicación, Julián se quedó pensando largamente, tanto que me inquietó un poco con su silencio, hasta que me doy cuenta que está analizando lo que le expliqué, y me suelta la siguiente pregunta:
¿Pero por qué y para qué hacen eso?
Llamamos eso iniciarnos; es para renacer y crecer en nuestra dimensión espiritual, pero no es sin razón, por placer o por coquetería. Lo hacemos para estar en capacidad de combatir en el mundo, para que triunfe el ideal de la Masonería.
¿Cuál ideal?
El de hacer progresar a la humanidad y a toda la sociedad.
Entonces se meten en política?
No, de ninguna manera. Cada uno tiene el derecho a tener su ideología política, pero el progreso del que hablamos es el progreso moral y espiritual. Aspiramos a que todos los hombres puedan llegar a un nivel de conciencia suficientemente elevado para tomar en sus manos su destino individual.
Mis compañeros me dijeron que hay varios tipos de Masonerías, cual es la tuya.?
Es la Masonería Regular, jurisdiccionada o dependiente de la Gran Logia de Venezuela y ésta de la Gran Logia de Inglaterra.
Y le sigo explicando - No hay sino una Masonería, pero hay diferentes familias. Cuando vas a donde tus primos, su apartamento no es como el nuestro, y no hablan siempre de las mismas cosas que nosotros hablamos aquí en nuestra casa, pero somos de la misma familia. Entonces, es lo mismo, también tenemos primos y las llamamos grandes obediencias.
¿En qué se diferencian?
Nuestra casa es muy tradicional, esto quiere decir que tenemos una tradición que viene de la noche de los tiempos, o para que entiendas mejor, de hace muchos siglos atrás.
¿De los hombres de las cavernas?
No pero, sin duda alguna de muy lejos. Nuestra tradición expresa el conjunto de valores en los que creemos, ella es la base y la justificación de nuestro comportamiento, ella nos da las razones para nuestro actuar. Y además, sobre todo, trabajamos a la gloria del Gran Arquitecto del Universo, es una actitud que nos hace diferentes.
¿Qué es el Gran Arquitecto del Universo?
Es el principio que representa al espíritu y su soberanía sobre la materia. Decimos que es el principio creador del universo.
¿Como el buen Dios?
No del todo, es y permanece como un principio que cada uno es libre de imaginar como bien pueda. Nunca le dirigimos ninguna plegaria, ni interviene en nuestras vidas. Es un símbolo, el símbolo de la vida espiritual de la que te hablé hace un rato. Por esta razón nunca hablamos de religión en nuestras reuniones.
En la Logia pensamos que a la mayoría de las personas las gobierna su parte material, su parte animal, y su instinto si así lo quieres llamar. No su parte verdaderamente espiritual. Tú ves y oyes cada día en la televisión que se habla de guerras y de masacres. Pensamos que la única manera de cambiar eso, sería, el de cambiar a los seres humanos. Si los hombres son capaces de cambiar, cambiarán su sociedad, y las sociedades cambiarían al mundo.
¿Cómo quieren hacerlo?
Para esto no existe sino un método. Primero y antes que todo, cambiar nosotros mismos al iniciarnos. Es por esto que decimos que somos una sociedad iniciática.
No hagas cara de no comprender, ya te dije lo que llamábamos iniciación, ¿lo recuerdas?
Si, si, el progreso personal. Pero no pueden convencer a todos los hombres del mundo, hay demasiados. Tampoco tienen las armas para hacerlo.
No te engañes, tenemos un arma temible, la más poderosa de todas.
Cual..? una Laser así como en la Guerra de las Galaxias.
No seas tonto, nuestra única arma y la más temible de todas es el ejemplo.
¿Cuál ejemplo?
El que debemos dar. Decir de manera elevada y fuerte los principios que forman nuestra conciencia, decirlos y vivirlos, siempre ser veraces y hacer lo que uno dice. Dando ejemplo ciudadano y de urbanidad. Siendo hombres de bien, tolerantes, prudentes, caritativos, laboriosos, respetuosos del derecho ajeno, siendo hombres que predicamos con el ejemplo. En fin, siendo hombres libres y de buenas costumbres.
Entonces, ¿todos los Masones trabajan juntos por el bien de la humanidad?
Si, y si aunque no siempre trabajamos juntos, ni todos al mismo tiempo, siempre hacemos nuestro mejor esfuerzo para hacerlo. Cada quién lo hace a su medida y en su área de influencia.
Ah, bueno, ahora si entendí todo. Ya tengo la idea de lo que es la Masonería más claro, y cuando me pregunten u oiga hablar sobre ella ya sabré como explicar que mi papá en un Masón.
Qué pena papá, llegó la hora de tú programa favorito.
Sí, ya va comenzar, vamos a ver qué pasa hoy. Parece que el gato ya se dio cuenta también porque ya se sentó frente a la televisión. Seguiremos con esta conversación luego cuando tengas alguna otra duda.
Gracias papá te quiero mucho, solo quiero decirte que cuando sea grande yo también quiero ser Masón como tú.
Tomado de Points de vues initiatiques
Artículo de Jean Francois Pluviard.
Editado y adaptado por Ernesto Velásquez, M:.M:.
Lecheria, Venezuela 29/11/2015.

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